jueves, 27 de diciembre de 2012

Carta sin número



27/12/12

A quien corresponde:  

Tan cálido es tu andar sobre las hojas envueltas, 

tan suave es sentir tus brazos rodeando mi locura.
¿Qué tanto tiempo puede pasar antes de estar juntos en la eternidad?
El tiempo en que tardes para besarme, los suspiros que tarde para decirte "te amo".
Tal vez sea el tiempo que nos hemos extrañado sin saberlo,
quizás sean los momentos que necesitamos hacer chocar nuestras ganas cruzadas.

Quiero bailar al ritmo de tus besos, tomar--te con café, ese café de tus ojos que me lleva al infinito del corazón, el corazón "nuestro", porque nunca te he dejado salir ; nunca has querido irte de ahí, 

de ese lugar en donde las hojas secas se vuelven mariposas, la lluvia emerge sombría y febril. 
¿Con cuántas sonrisas podrá soportar mi alegría vestirte con mi piel, vestirme con--tigo? 

Tengo una sensación profunda , metida en el pecho y en cada latido

que cuando dibujamos escenas en las persianas, la oscuridad se transforma en vida,
cuando tus dedos acarician mis palabras , haces gritar estos "te quiero" perdidos en tu espalda.
Me gusta tu silencio cuando suspendemos las palabras y las intercambiamos en besos, 
me vas impregnando más de ti: tu olor a suavidad, tus ojos profundos como mar, tu voz cual melodía sin compás, tu piel... como sombra de mis labios y película para filmar nuestro querer. 

Te quiero, te quiero mucho; mucho que te quiero, ¿será más bien que te amo? 


Amor se escribe con tu nombre, se pronuncia con tus besos... se vive contigo. 



Mond 


[Arianna Luján] 

martes, 18 de diciembre de 2012

Así de fácil



Comienzo a tener ilusión de ti,
ni siquiera de un nosotros;
ya no me dejo confundir 
por esporádicas frases 
o inquietantes sonrisas.

No le cuentes a las noches
que no entiendes de ti mismo,
comparte con la luna
el misterioso andar de tu figura en mi sonrisa.

El cerrojo de esa puerta incierta
puede estar entreabierta, emparejada,
a un dudar paralelo a la incontrolable
levedad de poseer y querer ser poseído.

Las manecillas del tiempo no lo marca un reloj,
ni siquiera un tic tac en el viento;
es provocado por suspiros suspendidos en el pecho,
por poemas que me recuerdan tus frases,
¿serás autor o lector de esos fragmentos
cautelosos y sin rumbo qué seguir?. 

Que no se le rompa el ritmo a las letras,
que se nos escurra el vouyerismo de la mente;
podemos dejar libre el cauce de esos rayos de sol,
contemplar la armonía del silencio cuando estamos:
yo frente a tu voz, tú frente a mi boca. 

¿Qué sería del mundo sin anhelos estrechándose 
en la voracidad de un corazón ardiente?, 
¿cómo sería dejar de fijar mis ojos en 
en tu mente fervorosamente atrayente?.

Entre tu libertad  y la mía,
estamos a un beso de distancia
para emprender un vuelo interesante. 

Resulta que sí es fácil,
así de fácil. 


Arianna Luján 
[Mond]

martes, 30 de octubre de 2012

De ti en mi

No quiero nada de ti,
no te poseo y no te espero;
como siempre ha pasado,
simplemente te quiero.

No sé si necesito algo de ti,
porque lo que me gusta es tenerte,
tus ojos al dormir,
tu sonrisa al despertar;
tus besos al caminar.

No sé si tengo algo que te pertenezca,
quizás mis lunas en Octubre
o los titiriteos al amanecer,
posiblemente siempre ha sido tuyo este hervor.

Beberte con el aroma del café,
abrazarte en el ventarrón que azota mi piel,
acariciarte sobre el pasto verde que ha de secarse,
no imagino tener algo de ti, porque en realidad...
siempre te he querido a ti, aquí o allá
pero siempre conmigo.

Te he golpeado el sueño frecuentemente
entre el insomnio y las ganas de ti,
no sé si hasta tu ventana llegue
esta alergia a tu ausencia;
podría asegurar que ya lo sabes,
sí, todo eso que no puedo decirte;
las letras de esas cartas que no te he dado,
la euforia de esos temblorosos besos que no te he regalado
incluso... esa entereza rota de abrazarte en risas tontas
cuando no está inmediatamente tu piel para mis brazos.

No es que necesite tenerte,
absorberte o querer detenerte más tiempo;
lo que pasa es que ya te he querido tanto
que hasta podría decir que en suspiros
y en calladas letras y efímeras palabras...
nunca he dejado de sentir que en realidad te amo.

Mond
[ Arianna Luján ]



jueves, 11 de octubre de 2012

Oda a quererte


Esa risa discreta, callada, 
esa mirada que permuta en mis labios,
aquel viento que envuelve ,
nos envuelve más a un ritmo inconstante.

Cuando las hojas golpean las puertas,
ese polvo que se riega en la entrada,
esos murmullos en las mesas,
aquellas tazas limpias en la alacena;
la voracidad de las cortinas 
que no existen en la habitación,
la melancolía de tu sonrisa,
el polen que transita los pistilos.

Las partículas incrustadas 
por suspiros en el enmudecedor 
grito de las calles,
los árboles sosteniendo sueños,
dormidos abrazando la cálida piel. 

Las cadenas que penetraron la libertad,
esos lienzos debajo del colchón,
la acuarela estrujada en el fabriano,
la tinta deslavada en el cuché,
los números que suman, restan,
se suprimen, vuelven y se transforman.  

El quejido de los frutos al caer,
los charcos de la madrugada,
las moronas de los corazones vacíos,
la armonía del frío en el barandal,
el ardor de la sangre en éxtasis.

Todo es una oda a quererte,
sentir que también me quieres,
querámonos. 

Mond 
[Arianna Luján] 

viernes, 21 de septiembre de 2012

Cuando el amor deja de ser un cuento



(Historia de un amor que perdurará en suspiros desafiantes al tiempo)

¿Te he contado de las hojas ocres que cubren mi patio?
tal vez no con las palabras correctas,
pero siempre te hablo del otoño, te hablo de nosotros.
los frutos cambian, el viento revoluciona,
las aves se encuentran concentradas en su rama.

Citamos poemas de Neruda, de Cortázar, de Sabines;
incluso nos hemos unido con aquellos de Bukowski,
¿qué puede ser más preciso que decirte “te quiero”
mientras mi voz recita estos versos y mi corazón
palpita nervioso cuando tus ojos me revelan la eternidad?

Fusionamos palabras, discutimos ideas y siempre quedamos tú y yo,
entre el silencio, entre las sombras, después de todo… de nada;
cogemos las nubes, esas que parecen algodón en escala de grises,
las envolvemos en abrazos efímeros, en sonrisas candentes.

Tu ego y mi ego quedan dormidos cuando los dedos entrelazan suspiros,
cada vez que nos quedamos en silencio y las hojas se revientan en la puerta.

Orquídeas, somos como la orquídea oscura en las laderas de las montañas,
el misterio de quererte no tiene gran importancia, siempre que te sienta;
que te tenga y le pertenezcamos al mejor resonar de la vida,
hacemos eco de la sensibilidad impenetrable por otros.

De noche te tengo y al llegar los soles te sigo queriendo,
con tazas de café y con amaneceres frescos;
entre el olor a libros y cartas embellecidas con el tiempo.

Tengo ansiedad de pensarte, no tengo necesidad de extrañarte.
Podría extraviarme en tus brazos y reencontrarme con uno de tus besos,
encender la chimenea , comer todos los frutos rojos,
juntar los vegetales verdes, arder contigo entre alas licorosas;
soñar que no soñamos y todo lo que somos no pertenece al tiempo,
ni siquiera a la idea de la eternidad, nos pertenecemos en la melancolía de ser.

¿Qué somos si no trozos de carne ansiosos de fundirse
con palabras en silencio y textualizando cada uno de nuestros momentos?

Sé que existes,
he robado el aliento a esos hermosos y tímidos labios pudorosos,
he tocado tu corazón cuando he aspirado el olor de tu piel,
hemos penetrado en la catarsis uno del otro,
mezclado versos con silencios ,
robado aliento al tiempo que no nos tenemos.

¿Qué importa el color de tus ojos?
la luna me ha contado que son color “te quiero”,
que tu piel tiene tonalidad otoñal,
porque los amores de otoño pueden llegar a desafiar la eternidad.

¿Qué importan los cuentos de amor que podamos descifrar?
al principio de todo, siempre estará la historia que
con poemas y reliquias, con truenos, lluvia y calurosos días,
Con sinfonías y locura… nos pertenece a los dos. 

Arianna Luján 
[ mond ] 

domingo, 2 de septiembre de 2012

¿Quién eres tú?



Entra cada sorbo de alcohol,
entre alguna que otra fumada a mi cigarro,
entre canciones y melancolía que
bañaban de recuerdos mi sonrisa.

No quiero saber que ya ni me piensas,
ni me extrañas ni me amas.
Basta con saber, hacerme creer (más bien)
que de repente te acuerdas de mi,
que no logras olvidar todo eso
que en mentiras nos hacíamos creer;
porque tú mentías, lo sé;
lo hacías mientras yo te regalaba cada
parte de mi puro corazón.

¿Qué más da si me olvidas?,
al final del cuento, no existías;
¿recuerdas que te "creamos"
a imagen y semejanza de una persona
que sí amaba? ... ¿qué mas da?, ¿qué más quita? .

Los días ya no me recuerdan tus palabras,
olvidé esa estúpida risa que pensaba que era linda.
Ya ni recuerdo tu voz infantil diciéndome "te amo",
ni siquiera tu mirada que lo quería gritar.

Tal vez ellas lo sepan,
que hubo alguien en tu corazón
que ya no tienes en el pecho,
lo dejaste en mi ventana, ¿recuerdas?.

Se me va olvidando el fragmento
tan enfermo que viví contigo,
dicen que era un cuadro agónico.

Ni siquiera puedo acordarme
si nos dijimos adiós,
tal vez lo último que dijiste
fue una promesa más
a la que caso omiso hice sin mirar,
sin sentir, dejándome en plena libertad;
esa libertad de no sólo entregarme ,
sino vivir en armonía ... con amor, con mi amor.

¿Qué más da los besos que des pensando en mis besos?
Ni siquiera podrás extrañar el cálido aroma a tabaco y café
que de mi piel emergía mientras tu pensabas en tu huída.

¿Quién eres tú que hoy compone estas letras sin amor?
Quiero acordarme de tu nombre...
pero sólo recuerdo que fuiste desperdicio de "te quieros".

Seguramente ni siquiera sabías de mi película favorita,
o las canciones que me hacían estremecer cada luna,
ni aquellas palabras que guardaba entre las sábanas.

¿Quién eres tú... que dicen que te amé tanto?

Yo más bien creo que te inventé entre letras
y te formé una hermosa imagen en mi corazón...
¿quién eres tú que ni siquiera puedo nombrarte?, ¿quién?.

martes, 14 de agosto de 2012

La parte más entera


Entonces... hoy lo pienso.

Hemos compartido tan pocos suspiros juntos, 
tantos como las hojas que caen en octubre. 

Las calles y su acento colonial

no eran tan impresionantes como cuando
tus brazos acompañaban mis hombros. 

Esa frescura que las nubes oscilan

cuando el sol desciende , sigue invitándome
a sentarme en la esquina caprichosa 
que las aves nos regalaron para querernos
aquella vez, ¿recuerdas?, recordamos. 

Como cuando se suspendieron los prejuicios

estando tú en mi habitación, estando yo...
abrazándome a tu corazón. 

¿Qué más pudo ofrecernos el cielo aquella noche eterna

en que tu silencio versaba en prosa con mi sonrisa? 
Aquella media luz incróspita sobre tu piel,
esas sombras seductoras que trazaban tus pasos,
esos pasos silenciosos, cautelosos, esa ventana
al infinito que nos empujó al vacío para 
poder empaparnos de cariño. 

Sumerjo mi sueño a las 7 en punto,

mientras preparo café en nuestra taza,
los cigarrillos aguardan mis dedos 
mientras recibo al sol entre las persianas. 

He intentado retenerte como un secreto en mi pecho,

en mis letras que aún no cuentan ninguna historia,
como si sólo fueras un sueño; 
entonces, mi alegría me delata. 

No recuerdo si te dije "te quiero", 

supongo que ya para ese tiempo, 
aquel después de haber ya danzado entre
lo cálido y suspicaz de nuestro aroma y 
haber acariciado canciones tomados de la mano;
esos "te quiero" ya no nos hacían falta, 
los dos sabíamos, [sabemos] cuánto nos hemos amado.

Qué importa el tiempo que no he estado contigo,

qué más dan los besos que hemos regalado. 
Al final de todo y al principio de nada
nuestras almas finitas se funden con el suspiro eterno. 

Contigo no me hacen falta las promesas,

ni contar los pedazos rotos del pasado,
¿que mas da si siempre te encuentro
en la parte más entera de mi sonrisa?

Los cánticos, las sinfonías, el perfume de 

la ausencia no hacen eco en mi cabeza,
cuando puedo tomar tu mano, 
sé que existe la eternidad en un segundo.

El tiempo se queda con nuestros sorbos de café,

el viento se queda con el humo de nuestros cigarrillos,
la vida se funde en los momentos que estamos juntos,
los libros cuentan lo que hemos querido regalarnos. 

[Me resulta un placer versarte,

 acompañar con café la sonrisa cuando leo tus ojos y entonces, 
repentinamente cito tu voz en los suspiros que deja el viento en mi ventana.]

Me quedo contigo, te quedas con nosotros. 


¿Ya te dije que te quiero?... 



Mond 

[Arianna Luján] 


jueves, 19 de julio de 2012

¡No sueltes!



Vayamos volando, involucrándonos en nuestras nubes,
en nuestros cielos, en todos esos despertares aún bajo la luz de la luna.

De terciopelo será nuestra piel,
como alfombra serán mis brazos
que puedan reconfortar tus momentos.

Caemos... juntos en un montón de esporas,
los tulipanes se abren y con ellos la bienvenida a nuestro estar juntos.

Ya hemos pintado y restaurado recuerdos,
ye hemos escombrado en viejas heridas,
ya estamos juntos aquí , nuestra primera vez.

Los viñedos construyen sonrisas,
ansiamos juntos ese olor a tierra mojada,
no perdemos tiempo si podemos querernos.

De turquesa es la composición irradiante de tus palabras,
el magenta contrasta cuando se emocionan las caricias.

Los ruiseñores, siempre nos contarán esas historias
que no dejamos ni olvidamos, que nos quedan en los corazones.

Como los verduzcos colores en verano,
cual folklóricos tonos en primavera,
tanto como los nacarados de nuestros otoños,
porque te querré en otoño aún pasando el invierno.

Y sonreímos juntos aún después de tanto y después de nada.
¡Te quiero! ... déjame sentir que puedo amarte.


No sueltes mi mano... no sueltes este "te quiero".

mond
(Arianna Luján)

lunes, 9 de julio de 2012

Hologramas de amor























¿Amor?

Estos han sido de esos días que empiezo a entender
lo que NO es el amor.

Amor no es compartir 140 gramos de chocolate almendrado,
ni compartir 355 mililitros de tu soda preferida.

     [Amor puede ser compartir 140 días
     multiplicándolos por 355 noches.]

Amor no es compartir la almohada algunas noches
ni compartir una servilleta a la hora de la comida.

    [Amor sería compartir la luna
    y las sonrisas sin límite de tiempo]

Amor... no es compartir 3 gotas de tu perfume en su ropa,
tampoco es secar las lágrimas con su piel mientras te abraza.

     [Amor es recordar el olor de su piel
     y sentirte feliz mientras esperas el momento
    del día para enfatizar ese aroma]

Tampoco es amor cuando paga los tickets del cine
ni cuando comparte el popote de tu smoothie favorito.

     [Amor es poder estar en cualquier lugar
     disfrutando de la compañía de la otra persona
     absorbiendo cada risa en la eternidad]

Ni cerca está del amor compartir el cepillo para desenredar el cabello
o tus vitaminas y analgésicos para disminuir algún malestar.

     [Amor es sentir el abrazo de su cabello 
     entre tus dedos mientras le dices te amo

Amor no es bañarse juntos compartiendo el mismo shampoo
ni esperar que "se vea lindo/a para ti".
   
     [Amor es extrañar el cuerpo de su cabello
      mientras sientes que el viento roza tus mejillas]


Amor no es despedirse fingiendo un adiós
mientras tu corazón se sobresalta con sus lágrimas en tu ropa. 


     [Amor es cuando la mirada grita un "te amo"
    mientras los brazos reclaman poder quedarse a tu lado]




Amor no es ir al súper y hacer una buena compra
ni siquiera lo es poder ver tus series favoritas.

     [Amor es saber qué le gusta comer a la otra persona
     y poder acurrucarte en sus brazos mientras el mundo sigue girando].

Amor... ¿qué le sobró a mi amor?


[c o n t i n u a r á . . . ]


Mond

Arianna Luján




lunes, 25 de junio de 2012

Detrás de la sonrisa del sol veraniego



Se le esconden los brazos a los mares,
se le estremecen los ojos al cielo, 
se llenan de inmensas y acogedoras lluvias,
de esas que pueden invitar a tu soledad y 
mi amor a encontrarse en el calor de un abrazo. 

Ya han pasado algunos días más,
otro mes está por terminar. 
¿Porqué todo se va menos tu
tambaleante presencia en mis soles,
en mis tornados que ensucian 
la ventana que da bienvenida al verano? 

Detrás de la sonrisa de sol veraniego
están suspiros ahogados entre lágrimas,
están abrazos que se consumen en dolor. 

¿Cuánto duró nuestro amor eterno? 
lo efímero no era el amor, era la desesperación. 
Ojalá pudiese tenerte entre mis tasas de café, 
existieras entre cada inhalación al filtro de nicotina. 

¿De qué lado de tu cama sale el sol? 
Seguro piensas en mi cuando caminas entre
miradas que no te observan, 
cuando cantas canciones que 
te recuerdan mi sonrisa en tu alma. 

Detrás de la sonrisa de sol veraniego
están nuestros intentos de olvido,
nuestros reproches arraigados a dejarnos en libertad...
detrás de esa sonrisa están las gotas saladas 
que no encuentran nuestros hombros al abrir los ojos. 

Me dijiste te amo, 
te dije te amo...
¿porqué no estar juntos? 

Estoy en libertad de odiarte
y aún tras la sombra del insomnio,
las risas de mis ojeras y la falta
de minutos a nuestra voz...
tú no te has enterado 
cuánto más te he amado. 

Detrás de la sonrisa del sol veraniego...
escondemos nuestro amor,
recitamos poesía en suspiros ,
reprimimos muchos "te quiero conmigo".

No es la falta de amor, 
es la falta de ganas de estar bien juntos. 


mond 

Arianna Luján 


sábado, 9 de junio de 2012

Remembranzas de un adiós sin final



Carta número 746
[ Escuchando el grito incontrolable de tu silencio]

Quiero volver a delinear mis labios con sonrisas que tu voz coloca,
palpitar con feroz y envolvente emoción de poder tenerte.

Debería dejar de fumar extrañando tu mirada perdida en mi piel,
deshojar los cuadernos en los que te he escrito lo que no me has dejado decirte.

Desmoronar cada gajo de tristeza y melancolía que
en mis lágrimas irrumpen esas fotografías del album de los sueños rotos.

Debo dejar de esperar que en cada luna, en su pleno esplendor,
llegues a lo más hermoso de mi amor, ese amor contigo.

Corromper estas ganas de entregarte mi todo
con la recapitulación de cada una de las veces
que nuestro amor ya no ha sido suficiente.

¿Cómo escaparse de la inevitable susceptibilidad a ti?
Si en cada nube te leo sonrisas que quedaron marcadas en días,
en cada día de lluvia suspiro con las brazas de esa cándida sensación
de cuando me amabas sin miedo... en cada recuerdo, está aún una esperanza.

Ya ni siquiera he podido llorar en silencio, 
cada lágrima me duele en lo más profundo de mi vida;
en lo más suave de mi corazón, en lo más blando de mi alma. 

Te extraño. 

¿A cuántas despedidas estoy de olvidarte?
¿A cuántos desenlaces sin final estoy de ya no amarte? 

Te amo, menos que al principio y más que cuando nos despedimos. 

Te olvido y siempre olvido que quiero olvidarte. 

Tu desdeñosa conducta me indica que 
no eres merecedor de tantos sentimientos,
de tan inspiradoras letras. 

Mi corazón siempre te da réplica:
Confiamos en el amor que algún día nos demostraste... 

Te extraño. Te amo. 

  >> Mi corazón nunca había estado tan rojo ... [como las veces que nos hemos amado] << 

Mond 

Arianna Luján 


domingo, 3 de junio de 2012

Necedades de un corazón roto en suspiros





Capítulo 78391 >  Le crujen piezas sensibles de los pedazos anestesiados, se le revuelven las mariposas del estómago con murciélagos de la mente. ¿Con quién se quedaron nuestros corazones?,  ¿Tienes el mío y yo el tuyo?, ¿Se perdieron entre hojas y amaneceres?, ¡¿en dónde están?!. 

Se le encierran dudas a esos pedacitos regados por todos mis pensamientos, saben que no solo has sido un recuerdo; más que eso siempre has sido una realidad latente y estruendosa. Se constipa de confusión. 

Comenzar otra vez o dejarnos morir en el olvido siempre han sido dilemas para ese "nosotros", ¿porqué seguimos igual sin estar entrelazados por una fórmula en donde somos felices? 

Hay recetas que pueden hacer menos temblorosas las decisiones que solo han sido descomposiciones de un sentimiento que no es fantasma, que no es capricho ni momentáneo; que es (hasta ahora) constante como el sol , como las nubes movidas por el viento. Se le acelera el ritmo y ese corazón quiere salir corriendo. 

Mi mayor error siempre ha sido no tener miedo: no le temí a quererte y poder amarte, a poder sonreírte y después llorarte, a vivirte y saber que nos hemos podido perder; no le temí a las sombras después de nuestro destello... tu mayor error: siempre has tenido miedo a "ser y estar juntos como queremos y merecemos". 

La gente cuenta muchas cosas, para bien y mal. Cuentan que andas de aquí para allá con una sonrisa diferente siempre que te acompaña de repente; dicen que en tus ojos se ve la tristeza de haberme dejado ir. Rumoran que no tienes corazón porque lo dejaste conmigo... que prefieres quedarte sin mi para que yo sea feliz. Cuentan que me olvidas y me extrañas. Dicen que aún nos amamos. 

[C o n t i n u a r á . . . ] 

Mond

Arianna Luján 

jueves, 24 de mayo de 2012

De ti... y otros cuentos



La gente está acostumbrada a contar cuentos, de esos que todos saben y nadie cree. 
A mi me gustan las historias que tienen un principio un desarrollo y un final , bueno 
o malo... pero tienen un verdadero desenlace. 

¿Porqué atreves a tus palabras necias hablarme de amor si no me amas? 
Ya no me digas que me amas si no vas a tener el valor de quedarte conmigo, 
no me hables de una vida a mi lado si haces cosas que te alejan de mi;
no me cuentes de cuánto has sufrido nuestra ausencia si no vas a abrazarme
tan fuerte,  que puedas interpretar los latidos de mi corazón mientras estamos 
ahí... en ese momento finito que parece eterno. 

Tú, que siempre estás en tu zona de confort, que no te atreves a más,
desdeñas lo bueno por lo poco de lo malo; exiges sin merecer, 
te contradices haciendo lo que dices que no haces... 
¿cómo puedes tener el cínico valor de pedirme lo que tu solo mataste?. 

Ya me sé todos esos cuentos, en donde me amas pero no puedes estar conmigo. 
Tu decides estar sin mi, entonces déjame olvidarte y seguir mi camino;
no vengas a querer los trocitos y migajas de cariño que ya no deben corresponderte. 

Esos cuentos que me sé y aún después de todo siguen ensuciando 
el rojo carmín que agonizante muchas veces a podido dejar de existir;
ya me sé esos cuentos, ya me cansé de los discursos falsos y las miradas fulgurantes;
de las ganas de quedarte a mi lado que tus ojos y tu temblorosa voz desean 
aunque me digas será el fin definitivo. 

Yo ya no me creo esos cuentos... cuentos que me cuentas siempre;
regálame una historia o deja que la escriba con otra boca, con otras sonrisas. 

De ti... y otros cuentos; cuentos que parecen no quererse acabar. 

>> Deja de escarbar olvido donde aún hay amor para los dos. 
     deja de permitirle al amor seguir en donde debería haber olvido;
     detente cuando me hables de sueños... si serán promesas en desatino.  << 

Rompe mi corazón, tantas veces cuantas puedas;
sabes que no me quitaré, porque diferente a ti...
yo si tengo el valor de quedarme aún a pesar de ti, de mi... del amor o el olvido.

¿Qué será de todo esto? 
¿Qué más será de ti... y otros cuentos ? 

mond 

Arianna Luján 



sábado, 19 de mayo de 2012

De las sombras y otros manifiestos de mi extrañeza



En ese lugar, impreciso, inmenso, envolvente;
se inundaban las hojas del viento,
se estrechaban mis entrañas mientras las sombras llegaban,
se postraron ante la susceptibilidad de mis adentros,
de mi afuera... ¡de mi!. 

El cuerpo temblaba y sufría sin mi,
aunque la cordura era inquebrantable,
aunque la luna se escondiera tras las nubes,
esas silenciosas y mediadoras bolas de vapor
que amortiguaban cada estrago de dolor.

Las sombras se acercaban,
invadiendo el destello en las hojas,
la tierra ávida y temerosa se abstenía,
tomaron cada suspiro ahogado,
cada grito enmascarado. 

Aunque la piel temía,
el semblante difuminaba el miedo;
ese miedo de no poder soltarse 
de las grietas, las cadenas que le ataban. 

Como si el mar presenciara marea alta,
como si los tornados de sus ojos no escatimaran ante el flujo de agua,
como si cada sismo en la voz no bastase para que terminara...
como si el dolor fuera la finalidad de esconderse en mi
haciéndome perderme más entre lo oscuro que el resplandor venidero. 

Saciando la coraza que no estribaba en el ahora,
invalidando cualquier verdad ante todas y cada mentira;
disfrazando la impresión con efusiva explosión de esferas. 

El cuerpo temblaba, 
los ojos lloraban...
la luna se esconde.

Las sombras aún fugaces,
aún invisibles y reacias 
seguían irrumpiendo
entre las lunas y las sonrisas quebradas. 

No existen,
pero yo las recuerdo... aún. 

mond 

Arianna Luján 

domingo, 22 de abril de 2012

No entiendo... y quiero entender.



Devuélveme... ¡si! devuélveme a donde estaba cuando no te amaba. 
Corrígeme estas madrugadas en que no entiendo y me desvanezco
con lágrimas, sollozos, culpas sin ser mías, con preguntas que no respondes. 

Si te amo y me amas,
¿porqué dejamos que el miedo, ese estúpido miedo nos aleje una vez, dos, tres... infinidad de veces? 
El miedo te hace correr, me hace ... me deshace más bien. 

Se enredan los te amo con los te olvidaré, solo en forma de pregunta, pero...
¿y la respuesta? ¡¿cuál es la respuesta?!  Debe haberla, la he buscado, 
la he esperado, la he inventado... pero nunca logro entenderla, entenderte. 

Se derrite el rímel que amoroso no quiere dejarte partir, 
se inflama el corazón de dolor y no puede dejar de sentir. 
La cabeza no piensa y también siente dolor, 
la desesperación hace un caos en el amanecer, en el ocaso;
en todos los segundos que se quedó tu perfume en mis recuerdos. 

No entiendo y quiero entender. 
Suelo ser tan estúpida, tan irracional por ser tan romántica y utópica. 
Si, es eso. Las utopías que espero , que creo no solo en mi mente, 
que nacen y renacen en mi corazón, queriendo estar tranquila. 

Se me confunden los tiempos en que me he dejado llevar 
y en los que me he dejado arrastrar por ti hacia ningún lado,
esos pastizales que parecían suaves hojas sobre el césped
que el otoño peina y enternecen un paisaje... ese que fue y aún puede ser nuestro. 

¡Te amo! 
¿acaso no ha sido suficiente este amor? 
tal vez no nos ha sido suficiente el tiempo en que nos amamos, ¿amábamos? . 

¿Qué le digo a mis sueños que nunca he dejado morir?
¿Qué les digo?  Si cada vez el corazón le refuerza la esperanza de seguir. 

¿Cómo dejo de latir sin dejar de vivir? 
Le das cuerda a lo que siento y luego nos dejas sin quedarnos juntos. 

Si me amas...
deberías quedarte conmigo 
y emprender el "nosotros"
hasta que la falta de amor 
nos separe. 
(Si es que puede). 

¡Te amo! 
no me hagas volar
y después corriendo
me susurras solo: "olvídame, te amo". 


mond7

sábado, 7 de abril de 2012

¿Me olvidas o te quedas?


¿Recuentos o recuerdos?
¿Qué nos quedamos y 
qué dejamos ir, olvidar? 
El destello de la luna sigue
entrando por el hueco de las persianas,
(si, esas mismas persianas que tuvimos)
las aves siguen interrumpiendo cada amanecer
(amaneceres que no estás conmigo). 
¿Cómo te acordarás de mi? 
Si es que alguna vez me recuerdas. 
¿De qué otras maneras te puedo decir  TE AMO?
Te lo digo cuando me quejo, cuando me enojo,
cuando sonrío, claro. 
Incluso cuando lloro, cuando duermo, 
cuando olvido y no olvido.
En otoño, en invierno,
hasta te lo digo en verano con todo y su incomodidad.
Siempre nos golpea la primavera, 
como si celosa nos quisiera romper el corazón.
¿A cuántas estaciones estamos de perdernos?
en todo caso, ¿ a cuántos kilómetros estamos de la eternidad juntos?.
Yo no sé tu, pero al menos yo 
te he encontrado sin buscarte;
siempre apareces, te manifiestas;
como si irrumpieras el estado de ebriedad de mis latidos, 
no los dejas compajinarse con otra voz, con otros "te quiero" (al menos).
Al final de las horas, 
al principio de una sinfonía...
siempre apareces tú. 
Apareces otra vez y contigo un "nosotros",
con esos estruendosos "te amo". 
¿Recuerdos o recuentos? 
¿Me olvidas... o te quedas? 

mond 

Arianna Luján

lunes, 26 de marzo de 2012

Volar caminando, tal vez.


Fin de semana , agredido por recuerdos, envuelto por extrañezas. 

He contestado ya algunas cartas, algunos trucos, algunas insistencias.
Siento que entre más me encuentro más recuerdo que te amé, ¿te amo?. 

Consigo que los colores me enseñen de todo, 
el murmullo agresivo del viento descansa mi piel,
esa luz intrigante que molesta mis ojos
permuta en horas de cansancio del final de cada sol. 

No me ha hecho falta cariño, sin embargo;
a veces siento que me haces falta tu .

Le he contado a las horas gastadas 
de aquellas veces que dormíamos juntos sin tenernos, 
de las otras ocasiones que nos teníamos sin estar juntos.
¿Nos tenemos? ... ¿nos dejamos?. 

La felicidad es un estado permanente, aunque inconstante. 
Ojalá la luna nos volviera a encontrar queriéndonos, sintiéndonos. 

Hemos volado en algunos infinitos, 
como cuando me dices "te amo" ,
como aquellas letras que nos estrujaban en sonrisas. 

Posiblemente me has olvidado, 
probablemente se te ha olvidado que me olvidas. 
Y yo, ¿te olvido o te amo?. 

Se le removieron las manecillas a mis días, a mis canciones;
las orquídeas no son extrañas a mis delirios de emociones. 

El ocaso pretende, siempre lo hace;
¿cuántas veces puedes recordar que es mejor estar conmigo que sin mi? .
Podríamos hacer una oda al olvido, a su intento; mejor dicho. 

Y es entonces que todo vuelve a no tener sentido, 
que el sentido no lo damos, tal vez siempre lo hemos simplemente tenido. 

Pasa, todo pasa;
he entendido que hay personas que no solo "pasan", 
trascienden en el significante del amor, 
se impregnan en los latidos del corazón,
se manifiestan en el todo de nuestro ser y hacer. 

Tal vez siempre haya estado presente
cuando besas otros labios, cuando sientes otra piel;
cuando tus emociones son tentadas por otro querer. 
¿Cuántas veces podrías acordarte de mi ... de nosotros? 

Las alas no se rompen, 
se aprende a caminar con esas alas dobladas;
podemos volar entre recuerdos 
o decidir aterrizar en verosímiles momentos (reales, del ahora).

Volar caminando... tal vez. 


[ Mond ] 


sábado, 3 de marzo de 2012

Desencuentro



Me desencuentro otra vez, en casi el mismo lugar. 
Sentada en mi habitación, entre cuadros, pinceles, libros;
hojas, zapatos, pedazos de mi, enterezas de mi. 

Febrero presentó revoltijos en el alma, 
estruendosos manjares de hazañas;
recuerdos, ya sabes, de esos que se van olvidando
y así como se olvidan, se mantienen "ahí", ¿aquí?.

Le rompí un pedacito a mi corazón, 
le añadí algunas historias a mis días.
Escribí memorias en mis sonrisas.

Los días son, después solo fueron.
Las lunas se quedan conmigo, 
las estrellas acompañan mi taza de café,
las nubes revuelven el humo de mis cigarrillos
al amanecer, al oscurecer, al imaginar, 
al encontrarme y desencontrarme,
al amar, al olvidar... al ser yo misma, tal vez.

El amor representado en sonrisas,
el desamor manifestado en nostalgia.
¿Qué demonios amamos? ,
¿qué es eso de lo que nos desenamoramos? 

Extraño los días nublados, 
esos en los que quizá me amarías;
se me pierden las gotas de lluvia
entre las incógnitas que no dejan de ser dudas.

¿Me amas?, ¿me olvidas?
¿qué es de ti sin mi... o conmigo? 
La vida representada en cada golpe emotivo.

Tantas perspectivas, tantos enfoques;
algunos tropiezos, algunos raspones en la memoria.
Eso queda, eso hay, eso existe y eso se va.
Como el ciclo de todo, como si todo pudiera ser,
morir y volver a ser, emerger de la nada o del todo.

¿Qué hay detrás de cada frase no dicha? 
El miedo como método de cobardía, de conformidad.

He perdido , como todo, claro; 
he recuperado todo de lo que soy y existe de mi. 
Y... ¿tu? en el limbo de las partes de mi vida que quisieras tener.

Abrazar una sonrisa con cada suspiro en las frases,
reconfortar los latidos al son de las melodías , 
esas que se regalan para decir lo que se siente. 

La gente ya no quiere querer como se debe,
¿cómo se "debe"?, es algo que solo el corazón
valiente, puede dictar; es la receta del "amar con locura".

La locura como ejecución de las ideas 
que revolucionan al corazón, que enfurecen los días;
les dan alas, le dan vida. Los dejan ser. 

Me desencontré, encontrándome aquí,
casi en el mismo lugar... 

Cada vez que me pierdo,
puedo encontrarme en tu corazón,
así son las cosas, ¿o no?.
Porque aunque quieras poder negarlo,
no puedes ocultar que has sido mejor
en las horas conmigo, en los momentos
irremplazables... en la vida, eso es. 

Me encontré otra vez,
desencontrándome en el laberindo de la vida. 

Cada vez que me quieres,
sabes que eres una mejor persona;
tienes una mejor manera de querer. 

Me encontré, ¿me desencontré?,
me desencontré, ¿me encontré?. 


martes, 17 de enero de 2012

Otoño siempre



Entré al invierno y encontré una solemne y retante mirada. 
Unos labios suaves, tersos; 
infinitamente acogedores a los besos que entre alcohol he reservado. 

Incorrectamente tomaste mi mano , 
abrazaste mi suspicaz incomodidad 
en aquella mesa rodeada de humo, risas falsas y olor a nostalgia. 

Pudimos encontrarnos con la luna, esa hipnotizante luz que
rodeaba nuestro abrazo, nuestro respirar inverosímil 
que temblaba con el viento, revolviendo hojas con el cabello,
entrañando sonrisas en la parte menos rota del corazón. 

Otoño, era otoño.
Tu piel me lo gritó, 
nuestro caminar lo descubrió. 

De esas veces que sin palabras
se envolvieron nuestras manos 
en una burbuja ligera; 
transportaba la livianez de las palabras
a los lienzos impacientes de un nosotros. 

Esas hojas que crujían cuando el viento se agitaba, 
fueron aquellas veces que con mirarme te conformabas;
esos días que sin querer me pensabas, 
esas lunas que sublimemente me extrañabas. 

Marrón mis ojos, 
ámbar tu mirada;
fusionaron en un nacarado encuentro
que ni el frío ni el tiempo han de herir, de estrujar. 

Otoño, sabíamos que no era otoño; 
porque antes del viento y antes de las hojas
hubo nieve en nuestro adentro, 
escondida tal vez, porque mis ansias de quererte
y tu incesante deseo se fusionaron con un suspiro, 
cual gota de rocío sobre la ventana que descubre el cielo. 

Otoño, 
hicimos el otoño en invierno, 
ni el florecer primaveral 
ni el arrogante sol veraniego
podrán quebrantar la pasión ocre,
conmigo, contigo; otoño siempre. 

>> Cuando digo "que bonito es el otoño",
significa "te quiero". <<

[Arianna Luján]