lunes, 26 de marzo de 2012

Volar caminando, tal vez.


Fin de semana , agredido por recuerdos, envuelto por extrañezas. 

He contestado ya algunas cartas, algunos trucos, algunas insistencias.
Siento que entre más me encuentro más recuerdo que te amé, ¿te amo?. 

Consigo que los colores me enseñen de todo, 
el murmullo agresivo del viento descansa mi piel,
esa luz intrigante que molesta mis ojos
permuta en horas de cansancio del final de cada sol. 

No me ha hecho falta cariño, sin embargo;
a veces siento que me haces falta tu .

Le he contado a las horas gastadas 
de aquellas veces que dormíamos juntos sin tenernos, 
de las otras ocasiones que nos teníamos sin estar juntos.
¿Nos tenemos? ... ¿nos dejamos?. 

La felicidad es un estado permanente, aunque inconstante. 
Ojalá la luna nos volviera a encontrar queriéndonos, sintiéndonos. 

Hemos volado en algunos infinitos, 
como cuando me dices "te amo" ,
como aquellas letras que nos estrujaban en sonrisas. 

Posiblemente me has olvidado, 
probablemente se te ha olvidado que me olvidas. 
Y yo, ¿te olvido o te amo?. 

Se le removieron las manecillas a mis días, a mis canciones;
las orquídeas no son extrañas a mis delirios de emociones. 

El ocaso pretende, siempre lo hace;
¿cuántas veces puedes recordar que es mejor estar conmigo que sin mi? .
Podríamos hacer una oda al olvido, a su intento; mejor dicho. 

Y es entonces que todo vuelve a no tener sentido, 
que el sentido no lo damos, tal vez siempre lo hemos simplemente tenido. 

Pasa, todo pasa;
he entendido que hay personas que no solo "pasan", 
trascienden en el significante del amor, 
se impregnan en los latidos del corazón,
se manifiestan en el todo de nuestro ser y hacer. 

Tal vez siempre haya estado presente
cuando besas otros labios, cuando sientes otra piel;
cuando tus emociones son tentadas por otro querer. 
¿Cuántas veces podrías acordarte de mi ... de nosotros? 

Las alas no se rompen, 
se aprende a caminar con esas alas dobladas;
podemos volar entre recuerdos 
o decidir aterrizar en verosímiles momentos (reales, del ahora).

Volar caminando... tal vez. 


[ Mond ] 


sábado, 3 de marzo de 2012

Desencuentro



Me desencuentro otra vez, en casi el mismo lugar. 
Sentada en mi habitación, entre cuadros, pinceles, libros;
hojas, zapatos, pedazos de mi, enterezas de mi. 

Febrero presentó revoltijos en el alma, 
estruendosos manjares de hazañas;
recuerdos, ya sabes, de esos que se van olvidando
y así como se olvidan, se mantienen "ahí", ¿aquí?.

Le rompí un pedacito a mi corazón, 
le añadí algunas historias a mis días.
Escribí memorias en mis sonrisas.

Los días son, después solo fueron.
Las lunas se quedan conmigo, 
las estrellas acompañan mi taza de café,
las nubes revuelven el humo de mis cigarrillos
al amanecer, al oscurecer, al imaginar, 
al encontrarme y desencontrarme,
al amar, al olvidar... al ser yo misma, tal vez.

El amor representado en sonrisas,
el desamor manifestado en nostalgia.
¿Qué demonios amamos? ,
¿qué es eso de lo que nos desenamoramos? 

Extraño los días nublados, 
esos en los que quizá me amarías;
se me pierden las gotas de lluvia
entre las incógnitas que no dejan de ser dudas.

¿Me amas?, ¿me olvidas?
¿qué es de ti sin mi... o conmigo? 
La vida representada en cada golpe emotivo.

Tantas perspectivas, tantos enfoques;
algunos tropiezos, algunos raspones en la memoria.
Eso queda, eso hay, eso existe y eso se va.
Como el ciclo de todo, como si todo pudiera ser,
morir y volver a ser, emerger de la nada o del todo.

¿Qué hay detrás de cada frase no dicha? 
El miedo como método de cobardía, de conformidad.

He perdido , como todo, claro; 
he recuperado todo de lo que soy y existe de mi. 
Y... ¿tu? en el limbo de las partes de mi vida que quisieras tener.

Abrazar una sonrisa con cada suspiro en las frases,
reconfortar los latidos al son de las melodías , 
esas que se regalan para decir lo que se siente. 

La gente ya no quiere querer como se debe,
¿cómo se "debe"?, es algo que solo el corazón
valiente, puede dictar; es la receta del "amar con locura".

La locura como ejecución de las ideas 
que revolucionan al corazón, que enfurecen los días;
les dan alas, le dan vida. Los dejan ser. 

Me desencontré, encontrándome aquí,
casi en el mismo lugar... 

Cada vez que me pierdo,
puedo encontrarme en tu corazón,
así son las cosas, ¿o no?.
Porque aunque quieras poder negarlo,
no puedes ocultar que has sido mejor
en las horas conmigo, en los momentos
irremplazables... en la vida, eso es. 

Me encontré otra vez,
desencontrándome en el laberindo de la vida. 

Cada vez que me quieres,
sabes que eres una mejor persona;
tienes una mejor manera de querer. 

Me encontré, ¿me desencontré?,
me desencontré, ¿me encontré?.