jueves, 27 de diciembre de 2012

Carta sin número



27/12/12

A quien corresponde:  

Tan cálido es tu andar sobre las hojas envueltas, 

tan suave es sentir tus brazos rodeando mi locura.
¿Qué tanto tiempo puede pasar antes de estar juntos en la eternidad?
El tiempo en que tardes para besarme, los suspiros que tarde para decirte "te amo".
Tal vez sea el tiempo que nos hemos extrañado sin saberlo,
quizás sean los momentos que necesitamos hacer chocar nuestras ganas cruzadas.

Quiero bailar al ritmo de tus besos, tomar--te con café, ese café de tus ojos que me lleva al infinito del corazón, el corazón "nuestro", porque nunca te he dejado salir ; nunca has querido irte de ahí, 

de ese lugar en donde las hojas secas se vuelven mariposas, la lluvia emerge sombría y febril. 
¿Con cuántas sonrisas podrá soportar mi alegría vestirte con mi piel, vestirme con--tigo? 

Tengo una sensación profunda , metida en el pecho y en cada latido

que cuando dibujamos escenas en las persianas, la oscuridad se transforma en vida,
cuando tus dedos acarician mis palabras , haces gritar estos "te quiero" perdidos en tu espalda.
Me gusta tu silencio cuando suspendemos las palabras y las intercambiamos en besos, 
me vas impregnando más de ti: tu olor a suavidad, tus ojos profundos como mar, tu voz cual melodía sin compás, tu piel... como sombra de mis labios y película para filmar nuestro querer. 

Te quiero, te quiero mucho; mucho que te quiero, ¿será más bien que te amo? 


Amor se escribe con tu nombre, se pronuncia con tus besos... se vive contigo. 



Mond 


[Arianna Luján] 

martes, 18 de diciembre de 2012

Así de fácil



Comienzo a tener ilusión de ti,
ni siquiera de un nosotros;
ya no me dejo confundir 
por esporádicas frases 
o inquietantes sonrisas.

No le cuentes a las noches
que no entiendes de ti mismo,
comparte con la luna
el misterioso andar de tu figura en mi sonrisa.

El cerrojo de esa puerta incierta
puede estar entreabierta, emparejada,
a un dudar paralelo a la incontrolable
levedad de poseer y querer ser poseído.

Las manecillas del tiempo no lo marca un reloj,
ni siquiera un tic tac en el viento;
es provocado por suspiros suspendidos en el pecho,
por poemas que me recuerdan tus frases,
¿serás autor o lector de esos fragmentos
cautelosos y sin rumbo qué seguir?. 

Que no se le rompa el ritmo a las letras,
que se nos escurra el vouyerismo de la mente;
podemos dejar libre el cauce de esos rayos de sol,
contemplar la armonía del silencio cuando estamos:
yo frente a tu voz, tú frente a mi boca. 

¿Qué sería del mundo sin anhelos estrechándose 
en la voracidad de un corazón ardiente?, 
¿cómo sería dejar de fijar mis ojos en 
en tu mente fervorosamente atrayente?.

Entre tu libertad  y la mía,
estamos a un beso de distancia
para emprender un vuelo interesante. 

Resulta que sí es fácil,
así de fácil. 


Arianna Luján 
[Mond]