domingo, 28 de abril de 2013

Entre el sí y el no

[abril 2013]

Nota: Con espasmos ventriculares alternos

Se le escapó un suspiro al candado,
llenó de silencio el cantar de la noche.

Puedo comerte en cada palabra, es decir;
devorarte con mi sonrisa y mi deseo imperativo;
hacer crujir tu risa discreta y silenciosa,
volarte entre nubes kilométricas;
devorarme las ganas de estar ahí, contigo.

Llenaste de turbulencia el vuelo de mis alas,
como si las quisieras arraigar a tu espalda;
las contagiaste de un viento repleto de rareza,
corrompiendo su estabilidad en el cielo.

¿Acaso es que no nos cansaremos de fingir demencia?
demencia de hacer de cuenta que la locura no nos une.
De más está contarte... que he soñado contigo,
te lo he confesado en interlineados, te lo he dicho en versos.

Entre el sí y el no... está latente una posibilidad,
un tal vez que no determina perder o ganar;
sólo hacerlo surgir, vivirlo, amarrarlo a un .

Mond *



lunes, 1 de abril de 2013

¿Te conté...?

[Capítulo no registrado]

Notas de aquel momento [no sé qué año, no sé qué mes]
Hora: Amaneciendo [entre cigarrillos]

Escuché cantar al trovador,
allá, en aquel reproductor viejo;
entonaba la canción de tu recuerdo,
sí... tu recuerdo: el recuerdo de tus ojos
pinceleados en el color de la pared enfrente,
el olor de tus abrazos quebrantados se
desprendía de una pipa del anciano del 35.

¿Cómo no mirar la luz de los autos?,
esperaba que tus zapatos ultrajaran el pavimento.
Me acordé de alguno de nuestros primeros besos,
o últimos, ¿qué mas da?... tus labios temblorosos
sabían a menta con café, podía oler tu  mejilla sonrojada,
tenía colores del atardecer que nos regalaba el horizonte y...
¡cómo olvidar tus manos tímidas arraigadas a mi suéter!,
recuerdo ese beso como se puede memorizar un verso de Sabines:
frágil, inmenso, marcando el corazón.

Se le acabó la tinta a las cartas que te había escrito,
ya no me acuerdo en qué momento tenía que dártelas;
estrangulaba el miedo de quererte cuando tenía cerca tu voz,
manejaba el volumen de mis suspiros en tu ausencia;
te recitaba poesía en cada minuto que estaba contigo;
te escribía con soles y nubes para no dejarte ir de mí.

¿Te conté que te olvidé?, pasó una noche, así de repente;
mientras volvía a encontrar tu perfume en mi almohada,
te olvidé y entonces, te volviste a meter en mis versos, fue cuando
volví a enamorarme de ti.... o de tu ausencia inquieta en el insomnio
frío de las noches que no te he extrañado.

[Mond]
Arianna Luján