miércoles, 31 de diciembre de 2014

Fragmentos de melancolía V

El día del fénix ♡☆

Hojas secas por las ventanas  ahogándose en el viento;
una cafetera vacía de sueños en la cocina y un libro con versos y sal en sus páginas en mi buró.

Por acá hay libros,  nombres,  polvo;  los pies entumidos de tanto correr.
No hay timbres postales ni cartas,
tampoco tickets de avión... ya está el invierno - otra vez sin tu voz-.

Pienso en ti,  es cierto;
te extraño... es claro.
Eres melancolía y alegría a mis recuerdos,  la mejor casualidad de mis pedazos rotos, de las historias mágicas en este tornado desastroso.

Las chapas de las puertas cantan a las 2 de la mañana,  mis ojos danzan al compás de tus notas guardadas entre los pasos sin destino y sintonías descuadradas.

Los barandales están escarchados de huellas dolorosas,  las sillas esconden gritos ahogados de soledad embriagada.

¿Qué será de tu libertad?
Tus ojos que dibujo en ligeras sonrisas sabor almendra para paladear en dosis de historias trágicas a medias;  tu garganta sin palabras ahogadas,  tus dedos ausentes de calor... - ¿con calor?,  quizá-.

Te visualizo en cada paisaje sereno como el fénix que nunca se detiene,  que siempre brilla y deslumbra cada lugar donde se hace presente.

Yo me quedé en cenizas,  esas que no pueden volver a ser alas,  que no son fénix y necesitan rescatar...o terminar de morir.

Muéreme,  quiéreme;  podría clamarte,  pero no culpe en tu libertad ni en tus alas grandes y llenas de fortaleza.  Y así he podido abrazarte en notas de agonía,  en pisadas saladas... en estas líneas que sólo te dicen: te amo.

Felices nuevas plumas,  nuevos horizontes;  tus llamas seguirán brillando en este cráter lunático tan lleno de ti,  tan vacío de nosotros;  volcanizante de alcanzar tus soles.

Feliz día tuyo.