martes, 17 de noviembre de 2015

LA POSIBILIDAD DE LA NADA













Encontrarnos bajo las Lunas que emergen de la turbulenta imaginación,
constelaciones recreadas y dibujadas sobre lienzos que imagino de tu espalda;
canciones que tarareo en sueños a tus oídos sordos de mi voz.

Repeticiones de aquellos maullidos tímidos y cariñosos,
pedacitos de tus siluetas que se meten en mis dedos fríos,
retorcidas aventuras que tu mente bloquea y se quedan en olvidos.

Eres esa posibilidad de la nada, mi nada:
reconocerte cada vez que miro un espejo y cada vez que giro mi cuerpo.

No estabas, no estábamos.
Quise quererte a lo lejos, a lo cerca;
cualquier posibilidad de amarte parecía insospechable,
me aventabas con las más infames tonterías,
con tus más estúpidas ideas de lo que fue... y tu fervor en lo que no fue.

Atosigando mis anhelos de estructuras manieristas,
conjugando verbos sin sentido ni esperanza alguna...
nada, me das las posibilidades de 0 a 1 millón.

Mi memoria no me ha abandonado;
recorrimos la fuente de los candados,
nos perseguimos en la playa,
me has abrazado tan fuerte que he suspirado sobre tu hombro,
te he besado tanto que no has olvidado el sabor de mis labios.
Te he extrañado tanto que no sé cómo he soportado.

No te persigo, no te detengo.
Eres ese hilo que mantiene mis alas en vuelo,
no te quise y no te quiero; te amo en el enredo.
¿A qué sabe el amor si no es a cielo celeste?

La posibilidad de la nada...
¿habrá alguna esperanza?

La nada lo es todo,
¿podremos escapar del mundo tonto?

Ven y ten calma,
desmenucemos el alma,
atrangantemos estas ansias.

Y luego... nada.


Mond*


sábado, 5 de septiembre de 2015

LUCIDEZ Y AGONÍA - PARTE I

Caramelos ácidos

¿Hola?, quiero pensar que estás ahí, por ahí... tratando de esconder las palabras entre los gatos y estrujando los sentimientos con los perros. He tenido tanto qué decirte...¿cómo empiezo?,no sé. Se me entumen los labios cuando quiero mandarte algún mensaje de voz y se tuercen mis dedos si quiero escribirte; mi pecho se colapsa entre algunas lágrimas y mi espalda se hace un cuartel de sensaciones que deja inmóvil mis brazos.

¿Te quiero? , ¡claro que te quiero! Pero quizá no te quiero como deba hacerlo, es un cariño volátil: a veces quiero tenerte, otras ocasiones soy consciente y dejo que tus alas se revoloteen entre todo el hermoso paisaje que tiene tu libertad. No soy capaz de aprisionarte a las estresantes jornadas lidiando con mi histeria, no puedo dejar que mi ego decida atraparte en este caos que se siente como veneno... que va recorriendo la sangre, los sueños; que va invadiendo pensamientos, que se estanca en lapsos depresivos y en crisis destructivas.

Es irónico, ¿sabes?; entre más grande mi corazón, más pequeño es mi mundo. Debes saber que no renuncié a ti, que te extraño a cada luna y cada sol; debes entender que me herí más de lo que pude herirte y que sigo preguntándome si fue correcto... o si, en todo caso; debí dejar que te lastimaras con mis impulsivas lanzas de fuego, no sé si debí dejarte caer al precipicio en el que estoy cayendo... ¡ni siquiera sé si de verdad querías anclarte a mis huellas sensoriales!, pero en mis pensamientos --nunca lúcidos -- siempre pienso que me quieres, y quizá me recuerdes.
 
Mond*

viernes, 19 de junio de 2015

Café sin dulce [de leche] - Día 365

8760 pueden ser números sin más, para mí son el número de tazas de café que sorbo [tu nombre] en 2 años, el cincuenta por ciento de las horas que ya no estuviste aquí.

Nos teníamos 14 horas al día -- posiblemente más -- para hoy han sido 5110 que no te leo, no te beso (las letras), no me lees; no se contentan las veces que leo a Asimov, que parafraseo a Mario... son más melancolía los versos de Bécquer, de Neruda; es más cruel Tolstoi y resulta deprimente Murakami; en cada hoja de Cortázar siguen los suspiros extrañando tu raro y enfermo ser en mis días.

Me tragué -- como fuego en la garganta -- hablarte,  saber de ti para compartir una de mis grandes pérdidas en agosto, cuando parte de mi vida se veía como un tornado, desprediéndose trocitos de mi corazón... no estabas para regocijarme en tus palabras de almidón.

No me leíste en el hospital después de 3 recaídas, comiendo gelatina con sabor a muerte. ¡Qué ironía!, entre más crece el corazón, más vacío [de ti] está.

Pero qué más da lo que pasó conmigo, me he perdido tratando de dejarte encerrado en lo que llaman olvido... eso debió inventarlo alguien que no sabía de la pureza del amor; que su cinismo y egocentrismo le permitían no recordar... tan sólo romper las hojas escritas y volver a empezar.

¿Qué es de ti?

¿Cómo puedo borrarte si te encuentro cada Luna, cada otoño? Si a cada rayo de sol sonrío porque te encantan los rayitos que me dan migraña.

En síntesis y sin mucha lógica: te extraño porque te amo, te quisiera a mi lado ... apenas son 365 días de tu partida y se siente como el primer segundo.

Cada amanecer hago magia en los escombros de mi mente: él es feliz, un ser especial que sigue latiendo dentro de mí, déjalo estar sin ti.

Y así sigo contando los días, las frases...las canciones que quiero darte y los sueños que están vivos cada noche. Así seguiré: sin ti.
Así seguirás: sin acordarte de mí.

Es hora del café,  dulce [de leche] para ti; vamos...

Mond*

domingo, 14 de junio de 2015

Celeste

Querido tú :
Aunque no me extrañes y sea sólo un pinchazo en la memoria o un tropezón del corazón;  debes saber que para mí aún eres mi azul preferido : celeste.  Así de matizado;  a veces oscuro como las noches que no duermo imaginando una plática tonta y sonriendo,  a veces turquesa entre mi ropa... siempre tú,  celeste. 
Que la Luna alcance tu ventana y se pose en tu mejilla para darte un beso de mi parte y pueda quedarse un rato ahí hasta susurrarte un "te quiero" entre tus sueños.
Querido,  tú;  siempre tú.

Tu nunca yo.
Mond *