martes, 18 de julio de 2017

Latidos I


Entonces pasa.
Me gusta verte, contemplar tus gestos ingenuos que hacen titubear mis labios.
Ese caminar tan escuálido y singular que termina en una pose atractiva; esos pasos que anuncian que llegas a mis ojos.
Tu voz, no me canso de escucharte hablar. ¡Qué importa que sea política, tus melancolías o tus tonterías!
Porque tu mente es a café a las 7 de la mañana y un té a las 9.
Tus ojos, mirador de la dulzura desentrañada; locura del ruido del alma envenenada.
Entonces pasa... Me pasas.
Y eso es bello, y es extraño.
Y eres una Luna llena de mayo entre hojarascas de risueñas charlas.
Entonces pasa,  ¿me sucedes?

Mond*

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