miércoles, 8 de octubre de 2014

Fragmentos de melancolía II



Octubre/Otoño

Tormenta -soy- ; de esas que provocan caos.
Esas que traen relámpagos, rayos y niebla.

El arcoiris a veces es suficiente para todos los desastres,
xilocaina me provoca tu encanto extraviado;
tornados de los que avecinaban suspiros al pecho,
rizos en forma de pasta italiana se han vuelto un recuerdo,
antagonismo de una historia que es un cuento de hadas;
ñangotamos el pálpito rítmico por orgullo en el sereno,
ocultamos la tormenta con el paraguas estrecho.

Parezco huracán, que llega para sorprender la tierra;
aquel que causa temor, rechazo de la natural adrenalina destructiva.
repentinamente suelo romper esquemas y me señalan como mala profecía;
antídoto de tu estabilidad protegida sin mesura -esa tu tonta manía-.

Forro los cristales de gotas; lluvia,
empapo las pupilas de café sin azúcar,
deterioro los recuerdos de la estética profanada;
escandalizo un amor que no se entiende ni se quiere,
reconcilio mi voz con los versos que no me escribes;
inspiro...ese olvido en que tu invierno heló mi recuerdo en tus mañanas;
concedo paz a tu pensamiento alejándome de tus lunas escurridas...
oculto -que te extraño- con el disfraz de un estado de seguridad inquieta.

Buscas mis señales - me consuelo diciendo-,
acercas tu mirada a la ventana abrazándome cuando miras la luna;
solitariamente extrañas la tormenta que te abrigaba la locura...
simbólicamente siempre está tu nombre en mis notas;
olvidándome estás, mientras el huracán sigue queriendo tocar tus alas rotas.

¿Te podrás encontrar en mis letras sin sentido?
Amaré despertar con el consuelo de tu sonrisa en el sol.
Siempre encuentro refugio en las sátiras de nuestros momentos.

Mond*