viernes, 11 de noviembre de 2011

De los finales y otros inicios



¿Qué queda? 
¿Qué es aquello que queda después de un amor? 
¿Nada? ¿Todo? ¿Recuerdos, momentos, ilusiones rotas, sueños en ruinas? 

> Te extraño, te olvido y te amo de nuevo.* 

Nos revolcamos siempre en recuerdos, en momentos. 
En todo aquello que alguna vez inundó nuestras almas, sentidos; TODO.
Todo se sumerge en una hermosa creación, como sinfonías de Tchaikowski, de Figaro, de Beethoven al oído, al corazón... a eso que nos inunda como seres vivos: pasión. 
Hacemos prácticas de superación, motivación; como para tratar de reestructurar esas rupturas o esa ausencia en la vida, que no es otra cosa más que la proyección de deseos inconclusos, el fin. 
Negamos tanto y tantas veces esas vivencias o esos no amores; que siempre buscamos la manera de poder "superarlo". Erróneamente, claro está. Porque no hacemos más que seguir viviendo en ellas, para amortiguar las ganas, las ansias; el deseo de tener sabiendo que "ya fue". 
Puede llegar la culpa propia y la ajena; hay motivos para desafanarnos de ese limbo de desesperación emotiva; de todo lo que se dio y de lo poco que se ganó; de esos momentos incomparables, inolvidables; de todas aquellas extravagancias del corazón, de la felicidad fortuita que se sintió. 
¿y el presente? , el presente es: que ya no existe. ¿Simple? Es más complejo de lo que parece.

> Las mentiras pueden ayudarte a seguir en el sendero...aunque no por mucho tiempo.

La aceptación. El abrir los ojos, el quitarte la venda; el estar consciente plenamente de lo que si pasó y lo que se idealizó. Ese, ese es el momento cúspide del final; sabes que ya no puedes dar marcha, ni para atrás ni para adelante. Te quedas en lo que si tienes, lo que te lastimó lo transfieres, a veces, hasta lo justificas; siguiendo esperanzado a un "tuvo sus razones, tal fue un impulso"y cualquier otra frase reconfortante. 
La verdad. Sincerarte puede acabarlo todo o en todo caso... re-inventar un nuevo inicio; que sinceramente difícilmente será mejor que lo que YA PASÓ. La gente no cambia, es cierto; pero sigo esperanzada en que la gente si evoluciona, mejora; se humaniza. 

Miente, engaña; justifica actos de bestialidad y estupidez humana. ¿Quién pierde más? ¿el que engaña o el que fue engañado?; yo diría que el primero. 

Y es mas o menos así que la gente puede seguir con su vida. Cuando aceptas los hechos tal y cual son y cuando has decidido que ya no te lastiman; ya no te inundan de lágrimas en las madrugadas, ya no sientes esa impotencia insoportable de estar "sin". Es cuando la herida cicatriza.

> Lo que te daña, si te jode. 

Jode. Esa es la palabra, lo que te ha hecho daño, si te jode. Fractura creencias, valores, formas de ser, de actuar... y lo peor de todo; daña estúpidamente tu forma de amar, de darte a alguien. 

Tenemos que aprender, comprender en todo caso; que mentir jode y jode mucho. ¿Qué clase de persona es esa que puede mentirte y seguirte diciendo TE AMO? Así señores/as... no se puede amar.

Dañas a lo que amas: así es el ser humano. Terrible, lo sé. Suena hasta espantoso. Así somos en nuestra mayoría y todos hacemos daño aún si querer hacerlo. El verdadero error es cuando sabes qué no hacer (o en su caso hacer) para NO DAÑAR... y te vale un pepino; puede más el egolatrismo que lo que pesa el "nosotros". 

> Al final, lo que queda somos nosotros mismos. 

Al final...si fuiste quien dañó, perdiste a quien amas. 
Si fuiste engañado, te libras de un ser que no te supo amar. 
O en alguno de los casos: continúan sin mirar el pasado. 

Sea como sea, siempre habrá un final. 

> Todo puede ser eterno, todo puede ser efímero. Todo puede ser. 


Arianna Luján [Mond]


*Título de una canción interpretada por Ricky Martin 





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