viernes, 21 de septiembre de 2012

Cuando el amor deja de ser un cuento



(Historia de un amor que perdurará en suspiros desafiantes al tiempo)

¿Te he contado de las hojas ocres que cubren mi patio?
tal vez no con las palabras correctas,
pero siempre te hablo del otoño, te hablo de nosotros.
los frutos cambian, el viento revoluciona,
las aves se encuentran concentradas en su rama.

Citamos poemas de Neruda, de Cortázar, de Sabines;
incluso nos hemos unido con aquellos de Bukowski,
¿qué puede ser más preciso que decirte “te quiero”
mientras mi voz recita estos versos y mi corazón
palpita nervioso cuando tus ojos me revelan la eternidad?

Fusionamos palabras, discutimos ideas y siempre quedamos tú y yo,
entre el silencio, entre las sombras, después de todo… de nada;
cogemos las nubes, esas que parecen algodón en escala de grises,
las envolvemos en abrazos efímeros, en sonrisas candentes.

Tu ego y mi ego quedan dormidos cuando los dedos entrelazan suspiros,
cada vez que nos quedamos en silencio y las hojas se revientan en la puerta.

Orquídeas, somos como la orquídea oscura en las laderas de las montañas,
el misterio de quererte no tiene gran importancia, siempre que te sienta;
que te tenga y le pertenezcamos al mejor resonar de la vida,
hacemos eco de la sensibilidad impenetrable por otros.

De noche te tengo y al llegar los soles te sigo queriendo,
con tazas de café y con amaneceres frescos;
entre el olor a libros y cartas embellecidas con el tiempo.

Tengo ansiedad de pensarte, no tengo necesidad de extrañarte.
Podría extraviarme en tus brazos y reencontrarme con uno de tus besos,
encender la chimenea , comer todos los frutos rojos,
juntar los vegetales verdes, arder contigo entre alas licorosas;
soñar que no soñamos y todo lo que somos no pertenece al tiempo,
ni siquiera a la idea de la eternidad, nos pertenecemos en la melancolía de ser.

¿Qué somos si no trozos de carne ansiosos de fundirse
con palabras en silencio y textualizando cada uno de nuestros momentos?

Sé que existes,
he robado el aliento a esos hermosos y tímidos labios pudorosos,
he tocado tu corazón cuando he aspirado el olor de tu piel,
hemos penetrado en la catarsis uno del otro,
mezclado versos con silencios ,
robado aliento al tiempo que no nos tenemos.

¿Qué importa el color de tus ojos?
la luna me ha contado que son color “te quiero”,
que tu piel tiene tonalidad otoñal,
porque los amores de otoño pueden llegar a desafiar la eternidad.

¿Qué importan los cuentos de amor que podamos descifrar?
al principio de todo, siempre estará la historia que
con poemas y reliquias, con truenos, lluvia y calurosos días,
Con sinfonías y locura… nos pertenece a los dos. 

Arianna Luján 
[ mond ] 

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