martes, 4 de noviembre de 2014

Paréntesis : El destructor

Para ti, que siempre hiciste de mis días un tormento;
quisiera decirte cuán desdichado heriste un amor puro,
ese amor que veía con esperanza tu desquebrajada vida.

Venías y te ibas, como estación del año;
la diferencia era que llegabas cual tornado,
destruyendo todo lo bueno que había en mí;
lo despojabas de aquí para llevártelo en ti...
te aprovechaste de esa sensibilidad estúpida que tengo
de dar más de lo permitido, para dejarme vacía de mí. 

Para ti, que sin escrúpulos me atrapaste con mentiras;
te digo que agradezco tu desafortunada aparición en mi vida;
porque fui capaz de dejar todo y llegar con nada... ni un corazón herido. 
Te agradezco el ultrajo a mis sentimientos 
y el desconsiderado ímpetu de engaño a tus promesas;
las alas rotas, las heridas sin remedios.  

Para ti, que insististe en destruir más mi vida,
te comunico de la violación a mi confianza y valores;
informo que me quebraste e incendiaste emociones guardadas.
Por querer reparar tu corazón encapsulado, me distraje;
dejé que me arrastraras a tu manía programada.

Para ti, que decías que aún me amas;
espero haber sido un juguete divertido;
un espejo de algún sueño anhelado...

Para ti, que te amé ...
que los días sean soleados 
y tus amores perduren en años.

Para ti, destructor de mí;
que nunca te vacíen lo que robaste de mí;
porque entonces serán cómplices del crimen sin sentencia.


Para ti... fue todo para ti. 
para mi... ¿qué me quedó a mí? 


Mond* 

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