sábado, 9 de junio de 2012

Remembranzas de un adiós sin final



Carta número 746
[ Escuchando el grito incontrolable de tu silencio]

Quiero volver a delinear mis labios con sonrisas que tu voz coloca,
palpitar con feroz y envolvente emoción de poder tenerte.

Debería dejar de fumar extrañando tu mirada perdida en mi piel,
deshojar los cuadernos en los que te he escrito lo que no me has dejado decirte.

Desmoronar cada gajo de tristeza y melancolía que
en mis lágrimas irrumpen esas fotografías del album de los sueños rotos.

Debo dejar de esperar que en cada luna, en su pleno esplendor,
llegues a lo más hermoso de mi amor, ese amor contigo.

Corromper estas ganas de entregarte mi todo
con la recapitulación de cada una de las veces
que nuestro amor ya no ha sido suficiente.

¿Cómo escaparse de la inevitable susceptibilidad a ti?
Si en cada nube te leo sonrisas que quedaron marcadas en días,
en cada día de lluvia suspiro con las brazas de esa cándida sensación
de cuando me amabas sin miedo... en cada recuerdo, está aún una esperanza.

Ya ni siquiera he podido llorar en silencio, 
cada lágrima me duele en lo más profundo de mi vida;
en lo más suave de mi corazón, en lo más blando de mi alma. 

Te extraño. 

¿A cuántas despedidas estoy de olvidarte?
¿A cuántos desenlaces sin final estoy de ya no amarte? 

Te amo, menos que al principio y más que cuando nos despedimos. 

Te olvido y siempre olvido que quiero olvidarte. 

Tu desdeñosa conducta me indica que 
no eres merecedor de tantos sentimientos,
de tan inspiradoras letras. 

Mi corazón siempre te da réplica:
Confiamos en el amor que algún día nos demostraste... 

Te extraño. Te amo. 

  >> Mi corazón nunca había estado tan rojo ... [como las veces que nos hemos amado] << 

Mond 

Arianna Luján 


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